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Explorando Zagora: la cooperativa cerámica Tamagroute en Marruecos

Cada día, entre los vibrantes paisajes de Marruecos, manos expertas dan forma a la arcilla naranja quemada, creando maravillas cerámicas bajo el sol del norte de África. Este arte centenario es un ritual diario. En pueblos pintorescos, las mujeres emprenden un viaje a las orillas de los ríos, donde extraen delicadamente arcilla húmeda de la tierra, llenando hasta el borde sus cestas tejidas. Llevan a casa una carga pesada y, mientras atraviesan el suelo, la arcilla gotea, dejando una sutil señal de sus esfuerzos. Ésta es la esencia de la tradición cerámica de Marruecos.

Marruecos es famoso por su amplia gama de cerámicas, cada pieza da testimonio tanto de la utilidad cotidiana como de la expresión artística. Muchos terminan en manos de turistas ávidos de una pieza de artesanía marroquí, mientras que otros viajan a lo largo y ancho de los mercados internacionales. Los vibrantes zocos están decorados con cerámicas pintadas a mano, con diseños intrincados, tonos vibrantes y el toque meticuloso de expertos artesanos.

Descubriendo los tesoros de la cerámica de Zagora

En la bulliciosa ciudad de Fez, la cerámica adquiere una forma lujosa, caracterizada por un caleidoscopio de colores y complejas técnicas de doble vidriado. Sin embargo, es en Zagora, más precisamente en el pueblo sagrado de Tamegroute, donde la historia de la cerámica marroquí se desarrolla de una manera única. Aquí, la cerámica cuenta con un esmalte de henna y se seca al sol a la perfección. Cuando te aventuras a Zagora, tienes la increíble oportunidad de observar de cerca el arte de la alfarería. Los artesanos locales abren sus talleres a estudiantes entusiastas, lo que le permite intentar dar forma a la arcilla en un torno tradicional o incluso crear su propia pieza de cerámica como recuerdo.

La arcilla utilizada en Tamegroute proviene de las orillas de los ríos cercanos, se elabora cuidadosamente a mano y se cuece en hornos ingeniosamente construidos en las escarpadas laderas del campo. El vidriado verde, resultante de la oxidación del cobre, confiere a estas cerámicas su carácter distintivo. Durante el proceso de cocción, las piezas se apilan entre sí, dando como resultado pequeñas cicatrices lineales que hacen que cada pieza sea única e imperfecta. Tamegroute es el único pueblo marroquí famoso por su cerámica adornada con impresionantes esmaltes verdes y marrones.

La importancia histórica de Tamegroute se remonta al siglo XI, cuando la hermandad Nasiriyya introdujo técnicas indígenas y esmalte verde desde Fez en Tamegroute. Esta convergencia de conocimiento y artesanía elevó la estatura de la ciudad como centro artístico y comercial.

Explorando la cooperativa de alfarería Tamegroute

La Cooperativa de Cerámica Tamagroute se encuentra entre las principales atracciones para los viajeros que exploran la región de Zagora. Aquí no sólo se admira la cerámica; se fabrica y vende en el sitio, lo que permite a los visitantes presenciar el proceso creativo de primera mano. Como toque único, notarás que algunos de los techos de Tamegroute están decorados con la misma arcilla cerámica verde terrosa. Cuando los rayos del sol adornan esta ciudad desierta, estos techos verdes brillan, añadiendo un toque de encanto al paisaje.

El icónico esmalte verde de la cerámica Tamagroute es una fusión de magnesio y cobre, lo que hace que las ollas y platos de cerámica no sólo sean estéticamente agradables sino también resistentes al agua. Un viaje a estos pueblos alfareros ofrece una visión fascinante de la rica cultura de Marruecos, ofreciendo la oportunidad de experimentar la artesanía centenaria y llevarse a casa un recuerdo “verde” sostenible, que preserva el legado de esta forma de arte sin tiempo.